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sola frente a la nada
Sola frente al espejo tomó las tijeras con mi mano derecha. Siento una maza de fuego que sale desde mi ombligo y se propaga hasta la punta de mis dedos. Necesito cortar. Repetir un mismo gesto afilado hasta alcanzar la descomposición de lo externo. No tengo más compañía que la mía. Los otros, todos, se han ido. Mi silencio es interrumpido constantemente por las paredes de esta vieja casa cargadas de inquietudes en sus vientres.
Sola frente al espejo mis labios bailan al ritmo de las palabras que liberan mis entrañas. Repito una y otra vez lenguajes pasados que han perdido todo sentido presente. Sin saberlo me han puesto a prueba y falle. ¿Qué debo de entregar a cambio de mi libertad esta vez? De nuevo, se asoman dolores impuestos y miedos prestados que buscan imponerse como penitencia, marcándome frente al mundo como si esto fuera otro fracaso.
Sola frente al espejo decido darle la espalda al tiempo. Negar el pasado, olvidar el futuro y perder el presente. Sólo me queda bailar. Suspender mis acciones, cortar el cuerpo y liberar los espíritus. Sólo me queda bailar. Desvanecer mis gestos entre espacios. Este es mi punto de fuga hacia la libertad. Sólo me queda bailar pero antes debo reconstruir este espejo que lleva acumuladas demasiadas mentiras en su reflejo.
Sola frente a la nada escucho silencios que antes eran mentiras. Sola frente a la nada se desvanece mi cuerpo y comienzo a existir.
Sola frente a la nada florecen lágrimas que se descubren de luz. He perdido todo control, o la ilusión de tenerlo. Siempre hubo caos en mi pelo, persistente reflejo de mis adentros.
Sola frente a la nada, solo me quedar imaginar que el caos que se avecina es mi propia voluntad.